Fidelis Corpus nº 1

martes, 10 de marzo de 2009

El primer buen cigarro de la mañana. El cigarro que por tantos siglos revitalizo a muchos hombres, estaba ahora en su boca. El humo danzaba frente a sus ojos formando animales imposibles y formas oniricas que deleitaban la vista. Cafe. Faltaba un café, la noche habia sigo agitada, y lo poco que habia dormido no repuso sus energias.

Tardo un momento en tener un decente café en su mesa. Dejo el cigarro a medio fumar en uno de los platillos que habian en la mesa. Era un desayuno perfecto, la casa estaba impecable, la mesa servida con prolijidad y la luz inundaba el espacio. Si no fuera por el cuerpo que estaba atado en la silla en el baño, esta seria una escena muy normal.

- Hmpf hmpf ... - decia el hombre vendado de boca y ojos, y atado de pies y manos- uuuuhh .... hmpf aargh
- Oh, callate, ¿No ves que estoy tomando mi café?
- Hmpf aurh ahmm
- Say hmpf again, i dare, i double dare motherfucker, say hmpf one more goddamn time - grito en un perfecto ingles londinense desde la mesa, aquella peliculesca frase
- Hmmmm
- Te lo adverti

Camino a grandes zancadas, dejando llevarse por el aire viciado del apartamento. Habia recogido el cigarro de la mesa, y tambien un pequeño cuchillo para abrir ostras. Se acerco al baño, cubierto con plasticos negros.
El hombre yacia ahi desde ayer en la noche, y, a pesar del incesante invierno, sudaba a mares.

- Mira, o me dejas tomar cafe tranquilo y fumarme esto- señalo la colilla- o puedes darle un besito a esto -señalo el cuchilo-, dime, pajarito de dios, ¿Que prefieres?
Sus ojos se entornaron rapidamente hacia el cigarro.
- Perfecto, tal vez te deje en la noche en algun lugar, y puedas seguir haciendo tu vida, claro, tendras que pagar un precio. Pero de eso hablaremos despues.

No era que le agradara la idea de tener un hombre con un posible trauma encefalo craneano encerrado en el baño, pero una pequeña sonrisa se le asomo por la boca. Se sento, y prendio la television. El Señor Noticia estaba hablando sobre la ola de secuestros express en Argentina y paises guerrilleros. El Señor Noticia usaba una lengua muy cuidada, afilada con los años, para extraer de los arboles verbales las palabras mas rimbombantes, y utilizarlas como herramientas de desinformacion. Al final, uso veinte palabras para decir que la sociedad era mala. Mal mal.

El Señor Noticia lo empezo a aburrir, y puso uno de los canales de entretencion variada. Termino el cigarro. El cafe sabia excelente. Solo tenia que preparar su maletin, tener las cuentas hechas del Señor Hernandez, y salir a tomar el autobus. En eso estaba, cuando sintio un golpe sordo en el baño. Tonto hombre, se habia tirado al piso tratando de salvarse. El no queria tener que volver a dar un discurso de villano, asi que tomo el cuchillo, recordo sus malditos años de ejercito, apunto firme, y lanzo el puñal en direccion a la puerta abierta del baño. Surco el aire, silbando, y se clavo en un pedazo de carne. Se sintio un gemido. Un portazo lo ahogo.

Que agotador dia de trabajo. El pequeño contador volvio a su humilde apartamento, con el manto nocturno en su cabeza. Abrio la puerta, que crujio anormalmente en sus junturas. En medio del comedor, estaba el hombre rechoncho, flotando a unos centimetros del suelo. Tenia la cabeza sin pelos, y estaba palido. De su pierna, gorgoteaba un liquido rojizo, casi naranjo. El contador pudo ver una pequeña estaca clavada de donde salia el fluido, y por segunda vez en el dia, se sonrio.

- Veamos, dejame leerte tus terminos. Viviste, hasta que llego este servidor, 41 años. Eso se traduce en, - hizo una pausa para pensar- aproximadamente, 12 años en el infierno, y unos 3 en el purgatorio.
- Baaaaargh, maaah, baaag, uuuurg - dijo el abominable ser. Mientras se retorcia, el contador saco una libreta de su bolsillo y anoto algunas cosas.
- Toma, vas derecho hacia abajo. Primera escala, bajas mas, doblas a la derecha, veras unas ventanillas. En la segunda, pregunta por mi.
- Grrr, daaaaaah. Kuurg?- balbuceo la bestia.
- Si, mira, te lo anoto aqui.M-e-f-i-s-t-o-f-e-l-e-s, -deletreo lentamente, antes de entregarle la hojita de papel al mounstro.
Y en un segundo, la horrible vision desaparecio la vista. El contador saco una bolsa negra de basura, y empezo a recoletar hueso a hueso los restos del gordo de su baño. Termino la labor, y limpio el baño con mucho desinfectante y cloro. Dejo la bolsa a un lado de la mesa, y empezo a hacer cafe.
- Querida, tengo unos huesitos para ti- llamo, marcando mucho la ultima palabra.
En el suelo repto un animalejo, con cuerpo de sierpe, pero con una cabeza aviar. Ahi donde empezaba la cabeza, habia una melena de plumas, que recordaba a un leon abstracto. Se movio con gran rapidez hacia las patas de la mesa.
- Mi querida Helena, ¿Que dijimos sobre transformarse en la mesa?
- Que, -sono debajo de la mesa- no me acuerdo que.
- Que tenias que dejar eso para cuando trabajemos.
- Bueno, bueno.
La sierpe se alejo de la mesa, y repto hacia la habitacion. Al minuto despues, una niña de unos dieciseis años salio vestida con un vestido atipico para la epoca.
- Quien era- inquirio esta ultima.
- Un gordito muy simpatico- dijo el contador, haciendo un gesto redondo con los brazos.
- Bueno, comamos entonces.
La niña trajo unos platos, y se pusieron a comer unos cuantos huesos, haciendolos crujir en sus bocas. Conversaron un rato, como una familia muy normal. Muy normal, sin una madre, obviamente. Cuando su festin termino, el contador mando a la niña dormir.
Se sento en su sillon, a oscuras,a fumar. El humo salia disparado, y luego revoloteaba en el aire.
Y entre el humo, un hombrecito gris atacaba a una señorita igualmente gris. El contador presenciaba esto como viendo un show muy aburrido.
- Siempre los violadores, no me dejan ver nada bien.
Innalo y soplo un poco mas de humo. Ahora habia una señorita con humo liquido saliendole de las muñecas.
- Perfecto, hace tiempo que no comemos suicidas.
Se puso una chaqueta muy festiva para lo que el iba a hacer en unas horas mas. Salio, dejando que el cigarro se apagara en el marco de la puerta, mientras la imagen de la señorita se desvanecia, y solo aparecia una vision borrosa de humo mezclado con neblina.