Santiago de Chile

viernes, 9 de abril de 2010

Erase un hombre asqueroso, harapiento, que vivia en una orilla de la calle. Erase este mismo hombre, que pedia dinero, y era ignorado dia a dia por el pueblo, que solidarizaba con todas las causas y se jactaba de ello. Piense este hombre, nadie me da dinero, yo no lo quiero para mala causa. Y piensan las Gentes, consigue un trabajo, vago de mierda. Pero las Gentes ingnoran, que eso es lo unico que saben hacer, y olvidan al vago mientras ven las noticias de las 9 alabando a otras Gentes que ayudan y salvan al pais, por que somo un pais solidario, si señor.
Erase una noche fria, el vago durmiendo en su orilla, con su camada de perros, hermanos y unicos amigos, la comida escaseaba pero era suficiente para todos. Los perros felices se regocijan frente al vago, y duermen todos apilados para darse calor, los cachorros recien nacidos en el pecho del vago, para darles cobijo propio.
Seguiase la noche, y la Seguridad intento hechar al vago denuevo, la Seguridad siempre lo trataban de hechar de donde dormia, pero no les importaba las Señoras de la esquina, que siempre estaban dispuestas a hacer cualquier cosa, y a la Seguridad le encatan las Señoras, por que olvidan toda su decencia. El baston cayose en las costillas del vago, quien protegio a los perros, mientras la Seguridad gritaba que te vayas hijo de puta, que te vayas. Las Señoras miran horrorizadas desde la esquina, el condon colgandoles en los tacones, y un pequeño fajo de billetes en la minuscula cartera.
El vago grito con el estomago, hasta que la Seguridad se canso de la feliz amedrentacion, una clase de flirteo con las Señoras, y se fueron a la buena vida. Quejose el vago en la acera tirado, los ojos inyectados en sangre y los perros lamiendole las heridas. La noche seguia fria, las Señoras seguian trabajando, Seguridad aun era feliz.
Erase una vez, un tipo paseando perdido por esta ciudad, que se fijo en este vago. Los perros, el vago, la calle, la luz y el dia, y el pesar quedo en el. Y nadie recordo la historia del vago, que nadie sabe si es verdad, ni nadie sabra si era real, excepto el tipo que paso por ahi, quien no pudo ni sonreir el dia despues.