Open a tree

domingo, 28 de septiembre de 2008

Estoy apoyado en un vientre, donde la luz me rompe las corneas, mientras miro mas alla del sol, una nube en tu ojo, un ojo amarrilo en la laguna lechosa. El amarillo me reluce y sigo mirando hacia la estrella materna, con los ojos ya encegecidos, mientras mis pies se hunden en el barro, mis zapatos se estacan ahi, termino caminando solo en pies desclazos por el estrecho camino de tierra, coronado con sauces que se mecen al viento y susurran en mi cabeza.
Mas alla, al final del camino, esta el alba oscura, el gris blanco, el hombre comprensivo, un especimen no encontrado que me habla con su musica ancestral, y me regurgita trozos de escritura olvidada como los viejos dias de años muertos. Y la lata cruje arriba en mi cabeza, y, veo nuevamente los ojos amarillos que me observan con detencion, posandose en mis cabellos alborotados en mi cabeza, el pendulo que es su mano me arregla, y me toca las mejillas rosaceas, con todavia el tremulo del sueño le respondo la caricia, mientras me imagino durmiendo nuevamente, arriba alla, en el cojin arenoso de mi espacio.

Teardrop

El llanto. No, no es solo el hecho de liberar fluidos salinos por los conductos lagrimales. Al menos, eso creo.
La risa. La risa es como el llanto. Irrefenable, fea si es falsa, armoniosa si es original, molesta en algunos casos, mal lograda por mucha gente.
Finjir la sonrisa se puede hacer. Tambien el llanto.
Claro, a veces, no se puede, y simplemente hay que dejar que te lleve. Da pena, es cierto.
Es sinonimo de pena, de muerte, de lejania. Tambien hay un buen llanto, reconciliaciones, risa, etc.

Llorar es un arte, y como todo arte, va en varias clases. Llorar no es lindo si no se sabe hacer, ni siquiera es lindo si lo tratas de embellecer. Hay gente que llora hermosamente, con sentimiento, sin sonidos, con un leve mascullido de dolor o felicidad.
Estan otros, que lloran estrepitosamente, gritando, saltando, mostrandoles a todos su derrochista impetu.

En efecto, llanto y risa son cosas poderosamente curiosas. Puedes llorar y reir, o viceversa, haciendo una mezcla variopinta. Ahora, en estos precisos momentos, oigo el llanto pausado de un gato. Cosa rara, los animales lloran, pero no rien. Un gato maulla en mi ventana y le veo los ojos cristalinos como opalos recortados en la noche. En cambio, nunca he visto la esplendorosa risa de un gato, ni una risa sin gato, mucho menos.