A World Made for Me

Falling Down - Muse

- Que bien que me hayas acudido a mi llamado, amigo mio
- No es problema
Entraban estos dos interesantes entes a la mansión de vidrio de agua que estaba frente a ellos. Los jardines de sillas retorcidas rojas y los setos de lamparas incandescentes adornaban el lugar, dándole gran magnificencia.
Pasaban estos seres por la gran puerta de nubes comprimidas, que le daba un color blanco azulado, y una contextura plasmática, llegando a un pequeño vestíbulo.
Digo pequeño, en comparación a la infinita profundidad de la mansión. Tenia el vestíbulo el tamaño de un pequeño continente, y estaba repleto de cajas hechas de aire, que contenían innumerables espécimenes.
Plantas, animales, piedras, lava y muchas otras cosas que no entenderías, estaban ahí.
- Y dime, Arquitecto, ¿Que tienes para mi?
- Mi estimado, he creado estas cosas para tu nuevo capricho ...
- No es un capricho, no ahora, es mas bien, como una inversión
-Bueno, no soy quien para juzgar a Dios, ¿No?
- Hehehe, amigo, puedes decirme lo que quieras - Respondió Dios
-Volviendo al tema, te tengo estas cosas para tu "inversión"
Mostraba el, las cajas de aire mas cercanas, que llevaban una etiqueta verde en sus bordes.
-Mira, esto son plantas, que le daran oxigeno a estos- señalo a los animales-, que se las comerán
-Y aquí , -Siguió- tenemos algo nuevo
Mostrabase entusiasmado con la caja que ahora sostenia en sus manos, que poseia un mono blanco y pálido, despojado de su cabello. La caja tenia etiquetas rojas.
-¿Y que es esto?- Dijo Dios
-Esto, es muy parecido a ti, puede tomar decisiones, puede morir cuando quiera, tiene alma y sobre todo, tiene entendimiento
-Bien, pero ¿Se revelara en contra mía?
-No, si lo controlas como es debido
-Veamos, podría darle algunas cosas, para hacer su vida mas fácil
-Dales amor, y luego quitaselos, dales dicha y luego dales temor, brindales confianza y traicionalos, es el único modo de que no se transformen en Ti
-Confiare en tus palabras, Arquitecto, me llevo estas cosas hacia la bola redonda
-Bueno, nos veremos el próximo eón
-Adiós
Y así, con esa conversación entre Dios y el Arquitecto, se inicio la Creación.