Teardrop

domingo, 28 de septiembre de 2008

El llanto. No, no es solo el hecho de liberar fluidos salinos por los conductos lagrimales. Al menos, eso creo.
La risa. La risa es como el llanto. Irrefenable, fea si es falsa, armoniosa si es original, molesta en algunos casos, mal lograda por mucha gente.
Finjir la sonrisa se puede hacer. Tambien el llanto.
Claro, a veces, no se puede, y simplemente hay que dejar que te lleve. Da pena, es cierto.
Es sinonimo de pena, de muerte, de lejania. Tambien hay un buen llanto, reconciliaciones, risa, etc.

Llorar es un arte, y como todo arte, va en varias clases. Llorar no es lindo si no se sabe hacer, ni siquiera es lindo si lo tratas de embellecer. Hay gente que llora hermosamente, con sentimiento, sin sonidos, con un leve mascullido de dolor o felicidad.
Estan otros, que lloran estrepitosamente, gritando, saltando, mostrandoles a todos su derrochista impetu.

En efecto, llanto y risa son cosas poderosamente curiosas. Puedes llorar y reir, o viceversa, haciendo una mezcla variopinta. Ahora, en estos precisos momentos, oigo el llanto pausado de un gato. Cosa rara, los animales lloran, pero no rien. Un gato maulla en mi ventana y le veo los ojos cristalinos como opalos recortados en la noche. En cambio, nunca he visto la esplendorosa risa de un gato, ni una risa sin gato, mucho menos.

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