- Profesor, pero ...- dijo desde atras, con la voz contestataria. El profesor, con el rostro ofuscado, entorno los ojos, y le pregunto que cual era su molestia.
Yo estaba perdido, leyendo un cuento de un señor que era muerto en la historia que estaba leyendo. Mientras ellos hablaban, me preguntaba si podria salir y fumarme un cigarro, con el libro en la mano.
Sali, saque mi encendedor, que prendio sorpresivamente sin haberlo tocado, y la punta se humeo. Me sente en la escalera, con el libro en mis piernas y el cigarro en la comisura de la boca.
Ella se iba ya, y me dijo adios con la mano. Y le dije adios con la mano, el libro en las piernas, el cigarro entre los dedos.
Me quede mirando su espalda, donde el pelo caia y mientras caia se ponia blanco, dando la ilusion de degradado.
Y cuando desaparecio en el umbral de la puerta lejana, termine mi cigarro, y me di cuenta que se habia hecho de dia y habia pasado la noche en la escalera.
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miércoles, 22 de abril de 2009
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Ruido
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20:35
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